Juntos somos perfectos.
Estaba contemplando lo más hermoso e importante de su vida, Jimin dormía plácidamente con la mejilla recargada en la almohada blanca, una sábana lo cubría por encima y la mordida estaba ahí, roja y atrayente a la vista, los ojos verdes brillaron de emoción, iba a acercarse a lamerla porque quería sentir de nuevo esa vibración, pero se regañó a si mismo, podría despertar a Jimin y eso es lo que menos quiere, quiere que descanse, verlo dormir tan cómodamente es su pasatiempo favorito, pero bueno, observar a Jimin a cada momento es su pasatiempo favorito.
Acomodó su flequillo y delineó su nariz con el dedo índice, todo con absoluta delicadeza pues temía incomodarlo, pero sus esfuerzos fueron inútiles, comenzó a removerse y pronto estaba tallando sus ojitos con las manos hechas puño. Jungkook trató de fingir inocencia y simplemente cerró los ojos para aparentar que dormía pero una risita tierna lo hizo abrirlos de inmediato.
—Sé que estás despierto, alfa —dice burlón.
—Perdón por despertarte, amor —dice tímido acercándose más al cuerpo del ojiazul, para poder deleitarse más de cerca con el aroma de su chico y su mano acarició la mejilla del omega con mucha más confianza.
—¿Tú hiciste que mi estómago rugiera de hambre? —pregunta haciendo que el ojiverde soltara una risa.
—No sabes el peso que acabas de quitarme de los hombros —ahora puede sentirse mejor al saber que él no lo despertó pero después de analizar sus palabras, sus sentidos se ponen en alerta, su omega tiene hambre, debe alimentarlo—. Voy a la cocina por tu desayuno —se levanta pero una mano lo jala de nuevo a su posición.
—Puedo soportar el hambre un rato más, quiero que me abraces —pide con ojos suplicantes.
—Lo que mi precioso omega pida —remarca la palabra de posesión, rodea la cintura del menor con cariño y entierra su nariz en su cuello, olfateando sus esencias combinadas entre si, Jimin huele al alfa, pero la vainilla sigue estando tan presente, hace que las mariposas de su estómago revoloteen—. Aún no me creo que eres mi omega —dio una lamida a la herida y el cuerpo de Jimin se estremeció por completo al igual que el suyo.
—¡Dios! —un suspiro sale de sus labios—. S-Será mejor que no hagas eso por un rato —su piel estaba erizada.
—¿Te molesta? —cuestiona aunque sabe que no es así, su sonrisa burlona mostraba que conocía muy bien lo que su acción provocó en el menor. Jimin se limitó a entrecerrar los ojos con falsa molestia, el ojiverde solo soltó otra risa, y se acercó nuevamente para besar la zona de la marca, ambos suspiraron por la sensación, era realmente placentera pero a la vez se repetía la noche anterior, sentían como sus almas se juntaban y ambos flotaban, era extrañamente gratificante vivirlo aunque sea por unos segundos.
—Kook —regaña con una sonrisa—, está demasiado fresca, solo hazme cariños, por favor —sus ojos suplicantes convencieron al mayor.
—No necesitas pedírmelo, bebé —se levanta para tomar asiento en la cama y recargarse en la cabecera, el chico a su lado le sigue para sentarse sobre sus piernas, ambos estaban en ropa interior pero a ninguno podía importarle menos, Jungkook comenzó a liberar su aroma y dejó que Jimin se escondiera en su cuello, mientras él movía las piernas para arrullarlo suavemente—. Eres tan precioso —acariciaba su brazo con suavidad—, y eres mi omega, solo mío —un ronroneo salió del pequeño al escuchar la posesividad—. Ahora soy todo tuyo, bueno desde que te vi soy tuyo pero ahora tienes una marca, todo lo mío es tuyo ahora —Jimin suspiró.
—Yo no quiero nada más que a ti, solo tú eres lo que necesito, alfa —con la punta de su nariz formaba círculos en el cuello del mayor, Jungkook se sentía tan sumiso cuando Jimin lo acariciaba, pero le encantaba sentir su piel erizada por los toques, cada vez que su omega lo tocaba tenía la necesidad de rendirse a sus pies y someterse a sus órdenes, siempre había sido así pero ahora con la marca se siente obligado a ello pero no le molesta para nada, haría cualquier cosa por el amor de su vida.
—Sé que no quieres nada pero ahora lo tendrás todo, voy a darte todo porque lo deseo, y porque es lo menos que puedo hacer, eres lo mejor que me ha pasado, angelito —gira su cabeza para besar todo su rostro repetidas veces haciéndolo reír, finalmente deja un rápido beso en sus labios.
—Tengo una pregunta, Kook —dice con una cara pensativa.
—Dímela, bebé —su mano se posó sobre la pancita del menor y comenzó a acariciarla con la yema de los dedos.
—¿Por qué no eres presumido? —pregunta con una sonrisa en los labios haciendo que el alfa se carcajeara.
—¿A qué te refieres con eso? —cuestiona entre risas.
—A que, bueno... —se encoje de hombros—, eres jodidamente millonario —explica y el mayor lo mira sonriente con una ceja alzada—, y siempre eres tan genial, y no solo tú, tus padres también lo son y no sé, es... ¿extraño?
—¿Estás diciendo que somos raros? —pregunta burlón haciéndole suaves cosquillas y el menor suelta una risilla.
—¡No! —ríe—. Ya te dije que son geniales pero tienen todo y no lo demuestran, me has ofrecido dinero pero fue para algo necesario, no lo presumes, lo haces con cariño y no con prepotencia, no haces diferencia entre tú y yo a pesar de que la hay.
—No tengo todo —niega—, tenemos todo —corrige con una sonrisa burlona—. Te recuerdo que ahora todo es tuyo también —Jimin rueda los ojos divertido—. Y no soy presuntuoso porque no tengo razones para serlo, el dinero que disfruto lo tengo gracias al esfuerzo de mis padres y si ellos no lo vanaglorian por eso yo tampoco tengo razones para hacerlo —se encoje de hombros—. Creo que ellos me educaron así, no soy más o menos persona por lo que tengo, siempre hay que ser amable y respetar a todos —sonríe con sus hoyuelos remarcándose en sus mejillas y Jimin no se resiste a acariciarlos—. No hay diferencia entre tú y yo, ni por el dinero ni por ser alfa u omega, somos iguales.
—Pues agradezco que criaran al alfa perfecto, eres increíble —besa sus labios rápidamente.
—Yo también se los agradezco pero voy a empezar a ser presumido —dice con diversión en la voz—. No puedo ser tu alfa y no presumirlo, voy a salir a la calle y a cualquiera que me mire le diré que soy el hombre más afortunado por tener a Park Jimin a mi lado.
—¿No presumes tu dinero pero presumirás nuestra relación? —cuestiona riendo.
—Por supuesto —asiente convencido—. Eres lo más valioso y hermoso de mi vida, todos deben saber lo feliz que soy.
—También eres lo mejor de mi vida —acaricia su mejilla con ternura—. Te amo mucho, lobito.
—Y yo a ti, bebé —besa su marca rápidamente y de nuevo acaricia su costado con delicadeza, solo concentrándose en Jimin y en su preciosa y suave piel, repartiéndole caricias y mimos en silencio hasta que Jimin lo rompe.
—Hablando de decirle a todos que somos pareja... —una sonrisa se forma en su rostro—, tenemos que decirle a nuestros padres —los ojos del alfa se abren a gran escala y niega eufóricamente.
—No tengo cara para eso, a penas hace unos días anunciamos nuestro cortejo y ahora estamos enlazados —dice preocupado apretando a Jimin para tratar de calmarse—. Tus padres van a molestarse, mis padres van a molestarse, dirán que te falté el respeto y...
—No fue una falta de respeto —Jimin rió un poco ante su nerviosismo—. Y no tienen porqué molestarse, ambos decidimos ésto, no fue un error y es lo que queremos, lo respetarán —liberó un poco de su aroma para que el mayor lo olfateara—. Te apuesto lo que quieras a que no se molestarán y si lo hacen lo olvidarán pronto —su manita se deslizaba por el pecho del ojiverde, trazando su piel—. Todo va a salir bien, porque ya está hecho y ambos somos felices, ¿no?
—Soy el más feliz, si —acepta con mucha más tranquilidad—. Solo no quiero que se enojen, sé que somos mayores pero son nuestros padres.
—Y son unos padres geniales que nos apoyan en cada decisión que tomamos, así que basta de preocuparte, ricitos —se levanta un poco dejando un beso en su mejilla—. Ahora vamos a desayunar porque tengo muchísima hambre.
—Eres el mejor, mi amor —lo ayuda a salir de la cama y se sienta en la orilla para ver a Jimin colocarse su enorme playera—. Y como yo intento ser el mejor alfa, te haré el desayuno —el omega sonrió en grande.
—Me alegra escuchar eso, quiero ducharme —se inclina hacia Jungkook posando sus manitas en los hombros del chico, deja un beso en sus labios que lo hace sonreír y mirarlo embobado cuando se aleja. Jimin sale para dirigirse a la habitación y buscar la ropa que se pondrá, con todo listo se dirige al baño y se quita la playera del mayor, le cuesta trabajo porque el olor le resulta tan adictivo, solo desea estar entre los brazos del alfa y que lo llene de su aroma, pero tiene que tomar el baño así que con toda su fuerza de voluntad se retira las prendas de su cuerpo.
Se aleja un poco y posa sus ojos en el espejo que hay sobre el lavabo, puede ver su reflejo en él y nunca le había gustado tanto verse, a lo largo de su juventud no ha sido fan de verse en el espejo por diversos motivos, sin embargo ahora no presta atención a eso, sus ojos solo pueden observar las manchas rojizas que pintan su cuello y la más importante de todas está ahí, en su lado izquierdo, latente y roja, atrayendo la atención de sus azules ojos como sabe que atraerá la atención de todo aquel que la vea.
Le gusta, se ve bien y es Jungkook quien la hizo, su omega se siente tan feliz, realmente se siente amado, querido y seguro. Siempre supo que quería sentirse así con su pareja, tal vez no tener un amor de cuento de hadas y princesas pero sabía que quería una pareja saludable y que lo hiciera sentir en su hogar.
Con Jungkook obtuvo todo, hasta lo que no esperaba, debe admitir que su historia con el alfa si es de cuento de princesa encantada, pero en este caso ambos son príncipes y el alfa estuvo en un sueño profundo que se rompió gracias a Jimin, además obtuvo la seguridad pero con la diferencia de que con Jungkook no se siente como en su hogar, Jungkook es su hogar, se siente a salvo y libre, con el alfa no hay nada que le incomode, todo se siente correcto y a tiempo, no hay prisas ni lentitudes porque con Jeon no hay problema, todo es como debe de ser.
Jungkook es su amigo, su novio y su alfa, es todo en uno y se siente bien, nunca pensó tener un lazo a temprana edad, nunca pensó tener siquiera una pareja porque bueno, eso se lo debe a sus compañeros, ellos solo alimentan sus inseguridades pero con Jungkook las olvida todas, con su alfa se siente cómodo con su cuerpo, se siente feliz de ser omega, se siente afortunado y deseado, Jungkook lo ayuda a amarse y gracias a eso puede amarlo de vuelta, sabe que si alguien no se ama así mismo no puede amar y desde que el rizado llegó a su vida, su amor propio creció.
—Amor, el desayuno está listo —escucha los toques en la puerta del baño—, no tardes —percibe los pasos alejándose y sonríe al saber que tiene una persona estupenda en su vida y agradece al destino por ponerlo ahí la cantidad de veces necesarias para poder coincidir.
✧✦✧
Al bajar las escaleras se encontró con una imagen que llenó su corazón de ternura, Jungkook estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas a forma de indio, jugaba con Tiza y un pequeño osito de peluche que habían comprado el día anterior, la perrita saltaba sobre el alfa y gruñía juguetona hacia él cuando este movía el peluche de un lado a otro.
—Se supone que compramos ese osito para el bebé de Hoseok y Taehyung —regaña burlón el omega.
—Pero no pude resistirme a dárselo, no le compramos nada a ella —hizo resaltar su labio inferior y se levantó con Tiza en brazos, como si la cachorra comprendiera, miró a Jimin con ojos tristes.
—Pero pudimos ir hoy a comprarle cosas —dice entrando a la cocina.
—Y lo haremos pero por lo pronto puede jugar con éste —le entrega el peluche a Tiza y la baja para que juegue con él, la pequeña peluda se va del lugar y los ignora mientras ambos se dirigen con sus platos hacia el comedor.
—Estuve pensando y no creo que sea buena idea comprarle cosas —dice el de ojos cielo con tono triste—, no podemos quedarnos con ella, Kook.
—Claro que podemos y lo haremos —dice firme.
—Sabes que no, no está permitido y ella no puede quedarse aquí por siempre —su tono era apagado mientras picaba su comida para llevar un trozo de panqué a su boca—. Necesita aire libre y espacios para jugar y aunque el departamento es muy grande, ella no puede crecer encerrada.
—Pero... —Jimin lo interrumpe y él aprovecha para meterse comida a la boca.
—Tal vez sea mejor buscarle una familia mejor —sus ojitos se veían apagados, Jungkook solo quería que se vieran divertidos y brillantes como siempre.
—¿Y si compramos una casa? —propone como si nada mientras mastica y Jimin lo mira con un toque de diversión y otro de confusión—. Digo, tendrá espacio para jugar en el patio o jardín, podemos hacerle su casita y será feliz, tú y yo también porque la tendremos con nosotros.
—Lo dices como si fuera tan fácil —niega con una sonrisa.
—Porque lo es —se encoje de hombros despreocupado—, esa es la solución, compraremos una casa, igual la necesitaríamos en un futuro.
—Olvida lo que dije de que no eres presumido, si lo eres, siempre soltando el dinero con total facilidad —bromea.
—Lo hago con cosas necesarias, y una casa es necesaria para nosotros —toma la mano de su omega, acariciaba el dorso con dulzura mientras el escalofrío de siempre erizaba sus pieles—. Aunque no hubiéramos encontrado a Tiza necesitaríamos una casa, con habitaciones de visita, un lugar tuyo y mío, el departamento también lo es pero necesitamos ambiente familiar para cuando hagamos reuniones...
—O para cuando tengamos un hijo —dice con las mejillas sonrojadas, el rojo que siempre calentaba el corazón de Jungkook, escuchar sus palabras hizo a su lobo elevar las orejas para estar seguro de lo que oía.
—O cuando tengamos un hijo, si —acepta con una sonrisa orgullosa—. Solo estaremos adaptándonos a nuestras necesidades y Tiza necesita un lugar para ser feliz y yo sé que tú y yo la haremos feliz así que... compremos una casa, bebé.
—Compremos una casa —asiente contento y deja un beso en los labios del mayor.
—Pero lo haremos después porque hoy estaremos ocupados —dice serio metiéndose el tenedor a la boca.
—No es como que puedas comprar una casa en un solo día, alfa —ríe mientras niega, a veces Jungkook es demasiado simple, todo es sencillo ante sus ojos y aunque eso le causa diversión, también se siente seguro, sabe que el alfa hará todo por él con tan solo pedírselo, su corazón late veloz al sentirse protegido, desde que lo conoció siente como su alfa se esfuerza por hacer feliz al omega de su interior, siempre cuidándolo y mimándolo, se siente tan contento de que ahora esa sensación es multiplicada por un millón desde que se unió a él. Casi puede sentir a los lobos acicalándose el uno al otro por la alegría.
—¿Pero en qué estaremos ocupados? —continúa después de salir de sus pensamientos.
—Iremos a la casa de mis padres y luego a la casa de los tuyos —dice firme—, ya no voy a acobardarme, eres mi omega y quiero que todos lo sepan —se come un trozo de panqué—. Afrontaré las consecuencias si las hay, pero no me importa porque te tengo a ti y con eso soy feliz.
—Que valiente alfa tengo —llevaba un bocado más a su boca pero cayó del tenedor manchando de miel su pantalón.
—Nunca puedes comer sin ensuciarte, bebé —ríe tomando una servilleta y limpiando el muslo de Jimin mientras el omega lo mira embobado, le encanta como lo cuida y atiende—, terminas hecho un desastre pero amo limpiar tu desastre —sonríe y besa su mejilla—. Iré a ducharme, te veo en un momento —se pone de pie para caminar pero las manos de Jimin lo detienen por el brazo.
—Me haces muy feliz —Jimin se puso de pie y abrazó al rizado cosa que él correspondió de inmediato, deleitándose con la vainilla y el café, el omega olfateó el cuello del alfa y dejó un beso en su mejilla—. Te amo y nunca me cansaré de decírtelo.
—Yo te amo mucho más, pequeño —besa sus labios y se retira del sitio con una sonrisa, luego de tomar su ropa llega al baño y al igual que el omega se ve en el espejo, una sensación tan agradable se formó en su pecho al ver las marcas rojizas que se esparcen por cada espacio de su alargado cuello, se siente tan bien pertenecer a alguien, Jimin es su lugar seguro, se siente feliz por enlazarse a él, aunque los nervios son muchos quiere anunciar su unión y compartirlo con sus padres, sabe que se pondrán tan alegres como él, pero el miedo a que lo alejen de Jimin no se va, el miedo a no ser un buen alfa sigue latente, pero sabe que permanecerá siempre ahí porque el omega es lo más importante de su vida y uno siempre teme perder lo que más ama.
✧✦✧
—Bien, creo que puedo hacerlo —Jungkook se convencía así mismo, estaban en la camioneta estacionados en el garaje de la casa de sus padres, Zico se reía de él y Jimin acariciaba su mano con delicadeza.
—Podemos esperar hasta año nuevo y solo aparecemos sin dar explicaciones —propone el menor—, no tenemos que decirlo si no quieres.
—Quiero hacerlo, siento que estoy haciendo todo mal y no puedo seguir con eso —su pecho subía y bajaba rápidamente, creía haber dejado el miedo atrás pero no era así, todo se acumulaba en su interior al sentirse en la orilla del vacío, iba a saltar pero Jimin lo sostenía de la mano, se sentía tan seguro y al mismo tiempo tan aterrado.
—Voy a dejarlos solos por un rato, estaré por aquí —avisa Zico al ver el estado de su jefe.
—Gracias —el omega ve como el beta sale del vehículo y gira su rostro de nuevo a su alfa—. No estás haciendo nada mal, todo es perfecto, a nuestro propio ritmo —sonríe apretando más la mano del mayor.
—Te mereces algo mejor que yo, un alfa que si sepa serlo, alguien que no sea cobarde.
—No eres un cobarde, es normal estar nervioso, yo también lo estoy —niega, sus dedos acariciando los nudillos del otro, tratando de calmar su ansiedad.
—Si lo soy, estoy tan aterrado aunque sé que mis padres van a alegrarse, mereces a un buen alfa, perdón por marcarte, no debí hacerlo.
—¿V-Vas a arrepentirte? —su voz quebrándose y sus ojos mostrando el dolor que sentía—. ¿Vas a dejarme? —las lágrimas pronto comenzaron a deslizarse, sabía que Jungkook no era capaz de eso pero culpaba a su omega sensible por ponerse de esa manera.
—No, mi amor —lo atrae hacia su regazo para abrazarlo fuertemente por la cintura mientras está a horcajadas sobre él—. Nunca me arrepentiría, sólo no quiero que tú te canses de un poco alfa como yo —agacha la cabeza—, hay muchos mejores que yo, mereces más.
—Tienes que aprender a confiar, Jungkook —dice seriamente—. Yo también tengo miedo, pero sé que tú nunca me dejarías, ¿o si? —espera a que el mayor responda con una negativa silenciosa—. Yo sé que tú nunca te aburrirás de mi aunque me ponga gordo y feo, aunque decida que no quiera cachorros y aunque siempre termino sucio después de comer —las lágrimas no impedían que hablara firmemente—. Sé que me amas aunque soy terco y testarudo, estoy seguro de que lo haces, me lo has demostrado y confío en que nunca vas a dejarme, ¿yo no te he demostrado suficiente lo mucho que te amo? —cuestiona—. Necesito saberlo, Kook... Quiero que te sientas seguro conmigo.
—Claro que lo haces, confío en tu amor, es solo... —agacha la cabeza—, me siento insuficiente para ti, cometo errores, no hago bien las cosas y siento que esto te cansará, no sé ser un alfa, bebé —acuna el rostro del omega entre sus manos y limpia las lágrimas del chico con sus pulgares—. Te amo y lo haré toda la vida pero quiero lo mejor para ti y a veces siento que yo no lo soy, nunca voy a dejarte pero si eres tú quien quiere alejarse no podré hacer nada y...
—Basta —dice Jimin, comprende las inseguridades que Jungkook experimenta, él mismo se ha sentido así en repetidas ocasiones, teme que Jungkook descubra las imperfecciones que sus compañeros de clases siempre recalcan, pero el amor que Jungkook le ha asegurado es más grande que eso, quiere que Jeon se sienta tan seguro como él, nunca lo abandonará—. Ricitos, tú me haces sentir tan seguro y amado, soy tan feliz y odio que tú no te sientas tan bien a mi lado —dice apenado—. Eres el mejor alfa de este planeta, eres perfecto para mi y cualquiera que te vea lo nota, no importa si tienes un mes o toda una vida de ser alfa, eres el mejor —acerca sus labios a los de Jungkook y deja un beso sin movimiento pero que le roba un suspiro al mayor—. Nunca, ¡escúchalo bien! Nunca voy a dejarte, porque no has cometido ningún error, nuestro comienzo ha sido tan lindo y a nuestro ritmo, amo cada parte de nuestra historia y no la cambiaría por nada, ninguna parte.
—Perdón por dudar tanto, te amo y lo sabes —abraza la cintura de Jimin y olfatea su cuello con necesidad—, pero tengo miedo de perderte, y sé que no debería tenerlo porque no es sano es sólo, no lo sé...
—Cuando sientas eso, habla conmigo —pide viéndolo a los ojos—. Eres mi hogar, me siento tan seguro de lo nuestro y quiero que tú te sientas igual, siento lo que tú sientes pero no sé los motivos, y aunque tenemos esta conexión extraña, no puedo leer tu mente, amor —ambos sueltan una risa pequeña—. Necesitamos comunicarnos y mejorar siempre, ¿si? Podemos tener inseguridades pero el amor que siento por ti y que tú sientes por mi nunca se va a terminar, hablaremos y todo va a estar bien, juntos somos perfectos.
—Te amo tanto, angelito precioso —besa su cuello, justo donde está la marca y el omega suspira encantado por el gesto, rodea a Jungkook por el cuello.
—Y yo a ti, ricitos —habla cerca de sus labios—. Y eso nunca va a cambiar.
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